domingo, enero 11, 2015

Dos maduros en Japón (XV) - Fuga de Jalcatraz

12 de Octubre de 2014

Esto es algo frecuente en mis mañana de viaje y a estas alturas estoy harto de escribirlo pero... Hoy no he dormido nada. Jalcatraz es como intentar dormir en urgencias. Toda la noche gente tosiendo, escupiendo, yendo de un lado para otro... A eso hay que sumarle el olor y un insoportable calor. MrK es lo suficientemente valiente como para ducharse en LA ducha, pero yo decido que con un simple lavado de sobaqueras y demás en el lavabo voy que me mato. Nos reunimos de emergencia y decidimos que no queremos pasar un tifón en nuestras celdas e inmediatamente reservamos dos noches en otro hotel mejor. Bendito internet.

Por supuesto, aún tenemos el ligero problemilla de que nuestras mochilas van de viaje hacia este bello paraje, pero ese es un problema para nuestros yo's del futuro. Concretamente, nuestros yo's de por la tarde vamos, porque el plan de la mañana es coger un shinkansen desde la estación de Shin-Osaka e ir a ver el famoso castillo de Himeji.

Himeji es otra ciudad de amplias avenidas y bellos edificios, pero por lo que es famosa es por su impresionante castillo, considerado como uno de los diez mejores de todo Japón. Desconozco el número total de castillos que se conservan así que no sé que significa eso, pero este es bastante mejor que el de Matsumoto y ese ya me pareció precioso. Y si no estuviera en obras seguro que molaba incluso más.

Aunque el castillo parece más pequeño de lo que es desde el aire...

Pero aunque no pudimos entrar al edificio principal, el paseo por los diferentes patios y las murallas es bastante reconfortante. Tienen actores haciendo el chorra por ahí. Uno disfrazado de piedra, varios ninjas completamente vestidos. E incluso nos encontramos una boda haciéndose fotos con el castillo de fondo. IIIIMpresionante...

Es mejor perdonar a los ninjas...

Al bajar del castillo nos paseamos por unos jardines colindantes pero la verdad es que no hay nada destacable. Vamos, no están mal, pero después de los múltiples templos con jardines que de verdad te dejan queriendo quedarte la vida contemplando ese paisaje este ciertamente era más de los de verlo, echarle foto y fuera.

Sin embargo, el tiempo que pasamos en los jardines nos permitió ser testigos de un evento extraordinario. Una auténtica actuación de un grupo de pop japones formado por un montón de chicas que estaban cantando algo que a mi me sonaba a "Olé, Olé, Olé" ante un publico que aunque reducido, estaba completamente ensimismado. Y hasta os he traído un vídeo para demostrarlo.

Ya iba tocando volverse a Osaka, así que nos encaminamos a la estación. Reservamos billetes en el siguiente tren bala pero teníamos que esperar cincuenta minutos, así que decidimos ir a comer. Y acabamos en un Lotteria, que es una cadena de hamburgueserías japonesa que hace que McDonalds parezca una comida de gourmet. La parte buena es que al fin he cumplido un sueño de infancia: beber un vaso del líquido con el que se hace el flash de coca-cola.

Ya en Osaka, decidimos hacer todas las gestiones de la fuga de Jalcatraz. Primero comprobamos que nuestras mochilas han llegado, que sí. Subimos, empaquetamos y le decimos al amable conserje que no nos espere esa noche ni ninguna otra. El otro hotel se encuentra en la estación de Fukushima, y aunque podría ser un caso de saltar de la sartén para caer en las brasas, en realidad es una pasada. Un edificio altísimo, muy elegante y no especialmente caro. Nos alojamos en la planta catorce además, así que tenemos una vista excelente de la parte bonita de la ciudad, en especial del Umeda Sky Building, un edificio precioso con una forma muy característica.

Es aquel al que le han quitado la parte de dentro

Tan bonito de hecho, que decidimos ir caminando hasta allí porque según la Lonely Planet se puede visitar y ya sabéis que a mi me gustan los sitios altos más que a MrK la cerveza. Bueno, quizá no más que a MrK la cerveza, pero me gustan mucho. Pero antes hacemos una parada técnica para remojar el gaznate el sitio del canguro, que MrK le coge aprecio a los sitios con una cerveza aceptable y asequible.

El jardín colgante, como también se llama al edificio, es muy muy bonito. La plaza en la que está tiene unas escaleras en forma de cascada sobre las que brillan las luces de diferentes colores que se emiten desde una terraza sobre el lago central. Mirar hacia la parte colgante del edificio da vértigo y subir por las escaleras mecánicas que justo se cruzan por debajo del tabique central es una pasada. La vista es espectacular, incluso a pesar de que una esquina de la azotea, a la que te puedes subir, está reservada para que las parejitas se hagan una foto sancionada por los responsables del edificio. MrK no quiso salir en la foto conmigo poniendo morritos...

Claro que si hubiese un tsunami no me gustaría estar en ese restaurante de ahí abajo. No es como si en Japón eso pasase mucho...

Al bajar decidimos visitar la que habíamos oído era la zona de marcha de Osaka, Namba. Una zona digna de ser visita para poder ver por fin lo que no vimos en Tokyo: los famosos excesos por los que se conocen a los japoneses. Un barrio entero lleno de luces de neón, carteles por todas partes, infinitos sitios de comida, varios canales navegables, gente por todas partes... Mención especial a la película Morbit, de la que vimos varios carteles y de la que os dejo el cartel para que veáis lo genial que es.

Olé!! Olé!!

Lo normal es comer de puestos en esta zona pero a MrK no le parecía bien y a mi me dan alergia las colas, así que nos metimos en un restaurante en el que comí sushi de poca calidad mientras MrK se deleitaba con cangrejos y bichos de esos salidos del mar.

No lo he mencionado, pero en Osaka tanto la estación de Osaka como esta de Namba tienen una red de túneles en los que prácticamente se puede vivir. Kilómetros de túneles llenos de tiendas que enlazan prácticamente todos los edificios de la zona y varias estaciones de metro. Aprovechamos para pasarnos por algún super y hacer acopio de víveres para pasar el tifón de mañana antes de irnos a la comodidad de nuestra nueva y maravillosa habitación.

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1 comentario:

Rodrigo Garcia Carmona dijo...

Me encanta el gordo que da saltitos en el concierto.